La secuencia de actuación es la siguiente:
La aproximación a la víctima
Se da el primer contacto con la víctima, para sintonizar con ella y transmitirle confianza. Hay algunas pautas:
Procura situarte a una distancia cercana, con tu cara a la altura de la víctima, de modo que te vea.
Dirígete a ella con una voz cálida, un volumen suficiente y una buena vocalización. Háblale con amabilidad y respeto.
Dile tu nombre y explícale que estás ahí para ayudarla. Infórmale también si habéis alertado a los equipos de emergencia y si están en camino.
Pregúntale con tacto qué ha ocurrido y cómo se siente. Deja que responda a su manera, dándole el tiempo que necesite.
Si está muy abatida y no quiere hablar, no la fuerces. Coméntale tú lo que puede haber ocurrido según tu conocimiento general del hecho.
La escucha
Lo primero que hay que hacer es captar las emociones y las preocupaciones de la víctima para así poder ayudarla. Eso se consigue escuchándola.
Deja que responda a su manera, dale tiempo para expresarse, deja que hable libremente de la experiencia que ha vivido y de sus sentimientos, sin agobiarla ni hablando tú por ella.
Si la persona se siente escuchada y comprendida y puede compartir con alguien sus sentimientos, se sentirá aliviado.
Algunas personas necesitan mantener la distancia y otras necesitan la proximidad e incluso el contacto físico. En este último caso, puedes tocarle la mano, los brazos o la cara, para transmitirle sensación de seguridad.
La prestación de la ayuda
Hay que transmitirle confianza y tranquilizarla, especialmente si está muy alterada.
Una forma de crear un ambiente de confianza es si hablas a la víctima mientras haces la exploración, si le cuentas lo que le harás, si intentas contestar a sus preguntas alejando los miedos, pero sin engañarla.
Es importante que le hagas entender que sus reacciones -miedo, angustia, impotencia- son normales en esa situación. Así aumentarás su autoestima. Pregúntale qué necesita y trata de proporcionárselo.
Si aun así la persona no se tranquiliza y muestra altos niveles de ansiedad, pídele que respire haciendo inspiraciones y espiraciones profundas o intentar relajarse borrando los pensamientos negativos. Es necesario asegurarse de que está lo suficientemente tranquila antes de pedirle el consentimiento para las actuaciones de mayor riesgo.
No dejes a la víctima sola mientras esperáis la llegada de los servicios profesionales. Puedes aprovechar para informar a los familiares, si la víctima lo desea.
Si la persona a la que atiendes se está muriendo, continúa con ella, dándole atención y contacto físico, para evitar que muera sola.
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