Evaluación de las víctimas:
Si hay un gran número de víctimas, la evaluación se plantea en dos fases:
Primero se pedirá a las víctimas que, si pueden, se levanten y anden, así las que puedan hacerlo se dirigirán hacia el área de seguridad, donde reunirán a todas aquellas que estén menos afectadas.
Después se llevará a cabo la evaluación de emergencia de aquellas que no hayan podido desplazarse, empezando por las más cercanas. Debe realizarse en el mismo lugar de los hechos, si es seguro. En caso contrario, se hará después de trasladarlas a la zona segura.
Clasificación según la prioridad:
El triaje es la clasificación de las víctimas en categorías en función de su pronóstico vital y funcional, para determinar el orden en que se las atiende y evacúa.
Se aplica cuando no es posible atender a todas las víctimas y se busca optimizar los recursos de atención disponibles para obtener los mejores resultados.
Los equipos profesionales disponen de un sistema protocolizado de selección que asigna a cada víctima una tarjeta de un color, para identificar su prioridad:
Tarjeta roja: Máxima prioridad.
Tarjeta amarilla: Prioridad intermedia.
Tarjeta verde: Prioridad mínima.
Tarjeta negra: Víctimas fallecidas.
Algunos equipos usan una tarjeta azul o gris para identificar a víctimas con alta gravedad por baja posibilidad de supervivencia y, por lo tanto, de baja probabilidad en el traslado. Se les suelen prestar cuidados paliativos.
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