Es la suspensión, generalmente inesperada y a veces reversible, de las funciones respiratoria y circulatoria espontáneas.
Con esto se interrumpe la llegada de oxígeno a los órganos, el cerebro es el más sensible, ya que puede sufrir daños irreversibles si la interrupción se prolonga más allá de 4-6 minutos.
La parada cardiorrespiratoria puede estar causada por un infarto cardiaco, por asfixia, por inhalación de gases o humos tóxicos, por electrocución, por un corte de digestión, por sobredosis de drogas o medicamentos, etc.
Ante una parada cardiorrespiratoria, es necesario iniciar en muy poco tiempo la resucitación cardiopulmonar para intentar recuperar la respiración y la circulación espontáneas.
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