El shock es cuando llega muy poca sangre a los diferentes órganos del cuerpo, que van fallando: el corazón, los pulmones, el cerebro, etc. Puede llegar a la muerte.
Si identificas una situación de shock, adopta las medidas siguientes:
1. Procura detener la hemorragia, si la hay, o en la medida de lo posible, el problema médico que hayas visto que causa el shock.
2. Coloca a la víctima en decúbito supino, con las piernas ligeramente levantadas y con la cara girada hacia un lado.
3. Tranquilízala y mantenla caliente, tapándola con mantas si es necesario.
4. Si la persona está consciente, dale líquidos a sorbos pequeños.
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